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miércoles, 29 de septiembre de 2010

 Trailer PES 2011

Crónica: La delgada linea entre libertad y seguridad

Es un delito robarle el sueño a un traficante de armas. La ley nos protege el sueño a todos los colombianos, eso si, las leyes de nuestro país se cumplen o se hacen cumplir, y orden de prioridades. Ese, al parecer fue el sentir de la Juez 11 de control de garantías a 26 de los 44 capturados por traficar armas para las Farc. Entre los integrantes estaban varios militares y policías, activos y retirados, algunos familiares de estos y hasta una bruja.

En la madrugada del lunes 20 de septiembre, un Fiscal encargado de la investigación dio la orden de realizar las capturas simultáneamente en mas de 8 ciudades del país, porque según este existía el riesgo de que se fugaran los sospechosos, así que debía actuarse en brevedad. Pero según las juez, y tiene razón, el código de procedimiento penal, dice que no se puede realizar allanamientos entre las 6:00pm y las 6:00am. Así pues, ¿Quien tiene la razón?
Poco importa a decir verdad, la orden de captura la dio un fiscal, pero la juez tiene el poder de liberar a los capturados, así que cada quien actuó "en derecho". ¿En derecho? Si, al parecer el castigo es solo si violas la ley, no importa si lo que haces esta mal.
Pero ¿Acaso están mal hechas las leyes que nos rigen? ¿Acaso están mas preocupados los funcionarios en hacer cumplir la "ley" que en hacer lo correcto?
En Colombia, sin embargo, esto no es muy extraño, pues si un violador y/o asesino, como en el caso del violador de Soacha a finales del año pasado, es capturado, pero en ese momento no le leen sus derechos, entonces el juez del caso lo puede dejar en libertad porque la captura fue irregular y el en su calidad de funcionario y servidor de la justicia no puede permitir esa violación de la ley.
La juez 11, que estaba cumpliendo con su deber, dicho es sus propias palabras: "solo estaba haciendo cumplir la ley, actuando de forma correcta, para eso me pagan". Rememorando tiempos de la colonia cuando el mayor anhelo era la libertad de poder decidir, de poder actuar, aceptaríamos todos el pensar de la juez, pero aflorando mi cabeza los que he vivido en este país en pleno siglo XXI, diría que un significado mejorado de "Libertad" seria SEGURIDAD.
¿Que precio estamos dispuestos a pagar por la libertad? ¿y por la seguridad?
Esta claro que los 26 liberados son un peligro para nuestra seguridad, pero capturarlos irregularmente, es un atentado a su libertad. ¿Cual es la prioridad? No importa saber, de hecho solo importa la opinión de quienes tienen el poder de decidir.

Cuento: La oreja de chocolate

Tito sabia que a los extraterrestres les gustan las galletas con forma de oreja, preferiblemente de chocolate. Pero tenia ya dos días sin verlos, y el platillo volador no aparecía por ninguna parte del inmenso patio de la casa de su abuela. Lo ultimo que había sabido de ellos es que irían a dar un paseo con otros amigos, por lo que Tito, algo celoso, cortó con un hacha el árbol de eucalipto que servia de guía a sus amigos extraterrestres hasta el patio de su abuela. Pero después de hacerlo, se sentía triste y agobiado. "Como encontrarán el camino de regreso a casa" - era lo único que se le escuchaba decir al pobre Tito.

De pronto recordó que una vecina de su abuela le había dicho que ella hacia figuras de chocolate, y como lo que mas quería era mostrarles a sus amigos extraterrestres el camino a casa, decidió que a falta de el eucalipto tendría una gran oreja de chocolate para atraeros. Así que Tito busco a sus fieles primos "el gordo" y Alvarito, pues el trabajo que le esperaba era bastante pesado.
Alvarito tendría que conseguir una vara tan larga como el eucalipto y llevarla a el patio de la abuela, pero esto no era problema, porque su silla de ruedas era mas bien un tanque de guerra, como el mismo decía, tenia las llantas pintadas y hasta espejos retrovisores. Pero "el gordo", que justamente había ganado sus kilos comiendo chocolate por montón, tenia que conseguir todo el chocolate que pudiera para que la vecina de la abuela pudiera hacer una gran oreja.
Con la vara y la oreja ya terminada, pero aun sin resultados, a Tito se le ocurrió poner la música que le gusta a los extraterrestres, pero solo cuando están en la tierra: el vallenato. Sin pasar mas de unos minutos, el patio de la casa de la abuela se llenó de mucha gente dispuesta a competir en el concurso de la barra de premios para ganar la gran oreja y en cambio los extraterrestres aun no volvían ni daban señales de volver.
Tito lleno de rabia le pidió a Alvarito que echara a todo el mundo así fuera a 'las patadas' y así lo hizo. Pero ya era demasiado tarde, la gran oreja de chocolate había desaparecido. Si, al igual que los extraterrestres, la oreja de chocolate, desapareció.
Tito jamas volvió a comer chocolate, mucho menos galletas con forma de oreja y no volvió a ver a los extraterrestres; de quienes se supo que siguieron haciendo de las suyas en otros pueblos.
Pero tú sabes que Tito, "el gordo" y Alvarito ganaron mas que ellos.