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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cuento: La oreja de chocolate

Tito sabia que a los extraterrestres les gustan las galletas con forma de oreja, preferiblemente de chocolate. Pero tenia ya dos días sin verlos, y el platillo volador no aparecía por ninguna parte del inmenso patio de la casa de su abuela. Lo ultimo que había sabido de ellos es que irían a dar un paseo con otros amigos, por lo que Tito, algo celoso, cortó con un hacha el árbol de eucalipto que servia de guía a sus amigos extraterrestres hasta el patio de su abuela. Pero después de hacerlo, se sentía triste y agobiado. "Como encontrarán el camino de regreso a casa" - era lo único que se le escuchaba decir al pobre Tito.

De pronto recordó que una vecina de su abuela le había dicho que ella hacia figuras de chocolate, y como lo que mas quería era mostrarles a sus amigos extraterrestres el camino a casa, decidió que a falta de el eucalipto tendría una gran oreja de chocolate para atraeros. Así que Tito busco a sus fieles primos "el gordo" y Alvarito, pues el trabajo que le esperaba era bastante pesado.
Alvarito tendría que conseguir una vara tan larga como el eucalipto y llevarla a el patio de la abuela, pero esto no era problema, porque su silla de ruedas era mas bien un tanque de guerra, como el mismo decía, tenia las llantas pintadas y hasta espejos retrovisores. Pero "el gordo", que justamente había ganado sus kilos comiendo chocolate por montón, tenia que conseguir todo el chocolate que pudiera para que la vecina de la abuela pudiera hacer una gran oreja.
Con la vara y la oreja ya terminada, pero aun sin resultados, a Tito se le ocurrió poner la música que le gusta a los extraterrestres, pero solo cuando están en la tierra: el vallenato. Sin pasar mas de unos minutos, el patio de la casa de la abuela se llenó de mucha gente dispuesta a competir en el concurso de la barra de premios para ganar la gran oreja y en cambio los extraterrestres aun no volvían ni daban señales de volver.
Tito lleno de rabia le pidió a Alvarito que echara a todo el mundo así fuera a 'las patadas' y así lo hizo. Pero ya era demasiado tarde, la gran oreja de chocolate había desaparecido. Si, al igual que los extraterrestres, la oreja de chocolate, desapareció.
Tito jamas volvió a comer chocolate, mucho menos galletas con forma de oreja y no volvió a ver a los extraterrestres; de quienes se supo que siguieron haciendo de las suyas en otros pueblos.
Pero tú sabes que Tito, "el gordo" y Alvarito ganaron mas que ellos.



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